Klara, la acompañante más bella, me esperaba en el hotel de 5 estrellas de Montreux. Era rubia, con una magnífica habitación con vistas al lago Lemán. Se desnudó delante de mí, con un ajustado vestido de seda azul, un conjunto sexy, y unos pechos maravillosamente formados. Me besó, se puso de rodillas y me practicó sexo oral, después me dio un masaje muy erótico. Hicimos el amor ardientemente y me tumbé en la cama para pasar una noche mágica.
A la mañana siguiente, me desperté con gran satisfacción. Klara seguía allí y pasamos el día juntos explorando Montreux y sus alrededores. Cenamos en un restaurante elegante y luego fuimos a la playa a dar un paseo. Contemplamos la puesta de sol sobre el lago Lemán y sentí que no quería irme nunca de esta hermosa ciudad.
Esa noche volvimos al hotel y Klara me invitó a una velada íntima. Me mostró sus dotes de bailarina y bailamos juntos en la habitación. Luego volvimos a hacer el amor, esta vez con más pasión.
Al día siguiente, me desperté muy triste. Sabía que tenía que dejar Montreux y volver a mi vida cotidiana. Pero también sabía que nunca olvidaría aquella noche de diversión, y que siempre estaría agradecido a Klara por haberme brindado una experiencia tan increíble.
Le prometí a Klara que me pondría en contacto con ella y le contaría para terminar que había pasado una noche mágica. Y lo haré, porque sé que nunca la olvidaré.ette nuit de plaisir à Montreux.