Puse a prueba para ti el amor en una piscina de un club erótico en la parte alemana de Suiza. Había 20 chicas y elegí a una preciosa rubia llamada Erica. Tenía el pelo largo y rizado, ojos azules brillantes y una figura perfecta. Llevaba un bañador rosa que la hacía lucirse.
Erica me miró con una sonrisa alegre y me invitó a seguirla a la piscina del club. El club era muy discreto, con cortinas rojas para mantener alejadas las miradas indiscretas. Nos zambullimos en el agua fría y Erica me cogió en brazos. Empezó a acariciarse los pechos y luego metió la cabeza bajo el agua para darme un capricho erótico. Sentí un intenso placer y deseé que aquel momento no acabara nunca.
Seguimos nadando y besándonos, y vi que las demás parejas de la piscina nos observaban con envidia. Erica me llevó a una cabina privada, donde continuamos haciendo el amor bajo el agua. Me fascinaba la sensación de sumergirme en el agua con alguien, y deseaba que aquel momento no acabara nunca.
Desde entonces he vuelto varias veces al club erótico, siempre con Erica. Hemos explorado todos los aspectos del amor en el agua, y he aprendido a amar una nueva faceta de la pasión. Espero volver pronto, para redescubrir el amor que experimenté en una piscina de un club erótico de la Suiza alemana.